jueves, 29 de agosto de 2013

Saludos

Domingo 31 de Marzo de 2013

Lo primero que quisiera destacar es la "perseverancia" del maestro Camilo Ramírez en el tema de la historia. Cuento una breve historia, por allá a comienzos del siglo 21, tuve el gusto de ver a Posada y Gutiérrez con una puesta en escena llamada "El Alacrán" ... por aquel entonces nada sabía de la historia Colombiana. Y para gran sorpresa descubrí al leer el programa de mano que gran parte de lo visto, había existido, y sus protagonistas eran reales...

Veo un problema a nivel de difusión contemporánea... y es que: la radio es antigualla del siglo pasado.
Me parece a que la sociedad contemporánea es completamente audiovisual. No obstante en este obstáculo aparece también una gran posibilidad... y una gran tarea, volver a enseñar lo sonoro.
En primera instancia la escucha. Esa era la magia, es la magia de la radio.

Colombia por tradición tuvo primero radio-actores que actores... ¿Qué pasó con ellos, y con la tradición del Radio Teatro? ¿Camilo sabe algo? En fin... ¿Será que Gustavo Rojas Pinilla y su TV, o la llegada de Seki Sano y el auge de Brecht acabo con el Radio Teatro?

Para desviarme continúo. Y esto es completamente personal. Creo que el teatro como arte tiene una gran responsabilidad social, y es la de hacer visible lo invisible, enrostrarnos la verdad, desde cualquier perspectiva: política, económica, etc., y claro, naturalmente a nadie le gusta hablar de la verdad, de la realidad,  como una suerte de espejo, a nadie le gusta saberse feo, o bruto... o como en el caso de Kafka (GRAGORI), despertarse y descubrirse un insecto....
El espejo debe ser una suerte de realidad. En el caso de las investigaciones de Camilo, un espejo retrovisor... pero (y sonará a frase de cajón) pero quien no sabe de dónde carajos viene, que demonios sabrá para dónde va... o por lo menos dónde está parado...

El teatro tiene un gran compromiso con la historia, reflejado en el presente para proyectar el futuro, y en ese sentido saludo una y otra vez el trabajo de Camilo Ramírez y su semillero de investigación.
Me parece súper que estén usando la WEB para difundir el trabajo, las licencias y los espacios en la Radio son muy cerrados.

Por otro lado, creo que Michels tiene razón. El arte, es la mejor manera de enseñar cualquier cosa, en nuestro caso la historia...

Un abrazo a todos.
PD.  Salut, buen viento y buena mar.

Diego Zamora

Actor

Desde México...

martes, 4 de diciembre de 2012

Hola.

Estoy  orgullosa de ustedes por que se que están haciendo un gran esfuerzo y de mi tatarabuelo, JOSÉ MARÍA DIONISIO MELO ORTÍZ.

Radico en México, soy descendiente directa del General y lo admiro. Admiro en él el valor que tuvo, la visión y las ganas de defender con su propia vida un ideal.

Sé que los vencedores han cambiado la historia modificando y perjudicando a una persona recta.

En mi libro "Sangre Liberal" habló de él.
Estoy en la preparación de un libro sobre él.

Saludos
Martha Arias M. G.

Sobre la serie...

jueves, 31 de enero de 2013
El concepto que le di respecto de la especificidad del lenguaje radial de “Los Artesanos”, habría podido ser apresurada.
Entonces volví a escuchar buena parte de los capítulos. Y sí, mi conclusión es que mi concepto fue en parte apresurado. En parte, porque hay capítulos en que la recreación de la posible experiencia visual de la Bogotá de mediados del siglo XIX, sí está hecha. Pero en otros no.
Y aquí quiero plantear precisamente una de las deficiencias del lenguaje radial cuando restringe sus búsquedas formales con una especie de vergüenza frente al lenguaje de lo audiovisual.
Creo que plantear las posibilidades del lenguaje sonoro en el sentido de extremar sus recursos para “crear” imágenes mentales, es una forma equivocada de asumirlo. Es más, cuando hablamos de lenguaje radial y con ello decimos lenguaje sonoro, estamos reduciendo tales posibilidades.
No. El lenguaje sonoro no debería declarar la falta de la imagen como una de sus limitaciones y entonces subsanar esa carencia a partir de extender sus posibilidades formales para dotarlo de una supuesta “visualidad”. Tal cosa sería algo parecido a admirar a las personas con discapacidad sólo porque recuperan su “normalidad” cuando sus otros órganos suplantan al faltante.
Las posibilidades del lenguaje sonoro están en su potencialidad de recrear la experiencia vital completa: (como le dije) en dotar a la narración de los detalles de los olores de las comidas de las muy posibles ventas callejeras, de la descripción de los colores o del vuelo de las faldas de las jóvenes en la plaza, de la fricción sobre el talón que podría producir el fique de las alpargatas que muy posiblemente usaban los artesanos, de los contrastes de luz y sombra de las iglesias sólo alumbradas por las velas con el deslumbre de las calles, de la presión sobre los cuerpos de la aglomeración de las manifestaciones compuesta de personas que se bañaban poco, arropadas por el espantoso olor de la lana de ovejo húmeda, por las posiciones de los cuerpos encorvados temerosos constantemente del poder de Dios.
Los publicistas hablan de la radio como el “teatro de la mente”. Yo creo que se quedan cortos. Al escuchar su trabajo pienso más bien en el lenguaje sonoro como un posible “teatro del cuerpo”.
En fin, eso era lo que quería decirle.
Pero antes he debido darle las gracias por ese maravilloso trabajo que escucho y escucho en las noches con mi reproductor de MP3 y del que aprendo y que me habla de mi historia.
Gracias Camilo

ARTURO USCÁTEGUI
Docente de Comunicación y Publicidad
Magister en Educación
Periodista